Salí en mi casa rodante para esparcir las cenizas de mi madre, pero conocí a un hombre que reveló un impactante secreto familiar — Historia del día

Después de que mi madre falleció, pensé que lo sabía todo sobre su vida. Pero un descubrimiento inesperado durante mi viaje me llevó a una verdad que jamás imaginé. Lo que encontré cambió todo lo que creía saber sobre mi pasado… y también sobre mi futuro.

Después de la muerte de mi madre, me quedé completamente sola. Estaba de pie en su apartamento vacío, con el silencio envolviéndome por completo. Mi padre nos había dejado antes de que yo naciera. Las paredes, que alguna vez estaban llenas de su presencia, ahora se veían vacías, sin vida.

—¿Y ahora qué hago, mamá? —susurré en voz alta.

(Imagen con fines ilustrativos) | Fuente: Midjourney

Yo siempre tenía las respuestas. Pero ahora… ahora sólo quedaba yo.

Vendí el apartamento. Era un recuerdo doloroso de los últimos días de mi madre, y no podía seguir ahí ni un minuto más.

Tenía un plan vago: ir al pequeño pueblo donde ella había vivido. Para mi sorpresa, tenía una propiedad allá… y me la dejó.

—Voy a ir allá, donde tú eras feliz —murmuré.

Recorrí las habitaciones vacías del apartamento una última vez y cerré la puerta, con llave, por última vez.

(Imagen con fines ilustrativos) | Fuente: Midjourney

—Adiós, mamá —susurré, sintiendo cómo una lágrima bajaba por mi mejilla.

Afuera, le entregué las llaves al agente inmobiliario. No tenía a dónde ir. Dos maletas me esperaban en un hotel. Nada más.

Revisé el montón de correspondencia en mis manos. El periódico del día me llamó la atención. Lo hojeé hasta que un pequeño anuncio saltó a la vista:

(Imagen con fines ilustrativos) | Fuente: Midjourney

“SE VENDE: Casa rodante 1985. Funciona, necesita algo de cariño. Precio accesible.”

Era una forma de dejar todo atrás. Sin pensarlo mucho, manejé directo a la dirección del anuncio.

Parte 2: El viaje comienza

La RV (casa rodante) estaba estacionada en una entrada, lucía vieja y maltratada, incluso más de lo que imaginaba. Óxido en los costados, pintura deslavada, gris y apagada. Pero no me importaba. Representaba libertad… una forma de escapar del dolor.

Un hombre rudo estaba junto a ella, claramente deseando deshacerse del vehículo.

—¿Vienes por la RV? —preguntó, mirándome de reojo mientras me acercaba.

(Imagen con fines ilustrativos) | Fuente: Midjourney

—Sí —respondí, observando el vehículo—. Vi el anuncio.

—Es vieja, pero funciona. La saqué la semana pasada. ¿Te interesa?

Pasé mi mano sobre la pintura descascarada. No era perfecta, pero yo tampoco lo era.

—¿Cuánto?

—Sólo efectivo —respondió, diciéndome el precio.

No lo dudé.

—La compro.

(Imagen con fines ilustrativos) | Fuente: Midjourney

—¿Segura? ¿No quieres revisar el motor?

—No —negué con la cabeza—. Sólo… necesito irme.

Minutos después, el trato estaba cerrado. Subí a la RV. El olor a cuero viejo y polvo me envolvió mientras el motor rugía con vida.

—Bueno, mamá —susurré, tomando el volante—, voy a hacerlo. No sé lo que me espera, pero tengo que ir.

(Imagen con fines ilustrativos) | Fuente: Midjourney

Decidí ir directo al hotel donde me esperaban mis maletas. Ya no iba a quedarme allí como planeaba. Nada de esperar.

Recogí mis cosas, las subí a la RV y salí sin mirar atrás. El camino abierto me llamaba, y yo estaba lista para responder.